• El Centro Tecnológico de Economía Circular, con apoyo de la Universidad de Santiago, desarrolla productos útiles a partir de plásticos reciclados en Juan Fernández, promoviendo un modelo de economía circular adaptado al territorio.
Chile genera cerca de un millón de toneladas de plástico al año, pero menos del 9 % se recicla. Esta situación se agrava en zonas aisladas como el Archipiélago Juan Fernández. Frente a este desafío, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) lanzó en 2024 la convocatoria “Desafíos Públicos”, donde la Ilustre Municipalidad de Juan Fernández propuso el reto: “Sistema tecnológico para una gestión sostenible integral de residuos en Juan Fernández”.
En respuesta, CircularTec y la Universidad de Santiago (Usach) impulsan el proyecto Juan Fernández Circular, que busca transformar residuos plásticos en soluciones prácticas para las comunidades insulares, aplicando principios de economía circular adaptados a las condiciones locales.
En una primera etapa, el equipo realizó un diagnóstico de los residuos presentes y su potencial de reutilización. Posteriormente, se caracterizaron térmica y químicamente los plásticos recolectados, lo que permitió desarrollar dos prototipos técnicamente viables y de alto valor para la comunidad.
“Este proyecto busca entregar una solución integral para la gestión de residuos plásticos en el archipiélago, con un enfoque en economía circular y el desarrollo de productos responsables con el medio ambiente”, señaló Alexandre Carbonel, investigador de LEMAA.

Para Luis Martínez Cerna, Director Ejecutivo de CircularTec, esta iniciativa representa un avance concreto hacia una transformación estructural en la gestión de residuos en zonas extremas: “Creemos firmemente que la economía circular debe estar al servicio de los territorios. Juan Fernández tiene condiciones únicas, y este tipo de soluciones demuestra que es posible innovar con pertinencia local, generando impactos reales para las comunidades”.
Este proyecto demuestra que es posible articular ciencia, tecnología y compromiso territorial para enfrentar desafíos ambientales desde la innovación local, ofreciendo una hoja de ruta replicable para otras zonas aisladas del país.
Aunque esta etapa se ha centrado en residuos plásticos, el proyecto contempla en fases futuras abordar otros tipos de residuos como cartón y vidrio, avanzando hacia una solución integral para el archipiélago.